Justifico la existencia de este escrito por dos motivos: el principal es porque estoy en campaña permanente contra los vicios que hacen mal a la escritura, el segundo y menos importante es debido a la lectura de un artículo que consiguió sacarme una sonrisa involuntaria. Quisiera citarlo como es debido, pero no recuerdo dónde lo leí ni vale la pena ir a buscarlo. Recuerdo el nombre, "No seas como Stephen King" imperaba. Era un artículo tan olvidable como los que abundan en la red, sin embargo, especialmente superficial y pretencioso. Criticaba el libro On Writing: A Memoir of the Craft (editado en español como "Mientras escribo") del autor en cuestión.
Al leer el artículo, le imaginé leyendo una copia del libro que habría sido rescatada del triturador de una oficina en llamas y, luego, se pondría a escribirlo con lo que pudo leer de los pedacitos rescatados, y esta imagen es la que me roba la sonrisa; dejaba al descubierto que no entendió dos palabras del libro y se tomó el atrevimiento de buscar visitas con el título o, por romper una lanza a su favor, que buscaba el negrito en el arroz (a pesar del título y la intención de su artículo).
A la vez que criticaba el libro, el autor desconocido ofrecía consejos para escribir sin parecerse a Stephen King. Tan superficiales como su lectura del libro. Tan olvidables como cuando habla quien no tiene nada que decir.
En las siguientes líneas rescato consejos reales y, a mi humilde parecer, mucho más fructíferos para quienes deseen comenzar a escribir, deseen o no parecerse a su autor favorito. ¡Qué más quisiéramos que tener el éxito de King!
6 CONSEJOS CON AMOR PARA QUIENES DESEAN ESCRIBIR